La palabra MÉTODO tiene su origen en dos palabras griegas: META, cuyo significado todos conocemos, META significa objetivo final; HODOS, ya en desuso, significa camino. META+HODOS nos da por resultado:
Los métodos que se han creado en el CIEM, es decir, los caminos que se han seguido para alcanzar las metas, son el resultado de la aplicación de las teorías del aprendizaje que se han formulado desde el siglo XVI, cuyos estudios iniciales formales los realizó el pedagogo Juan Amos Comenius y que siguen vigentes a la fecha, hasta los estudios más recientes acerca del desarrollo de la inteligencia realizados por los pedagogos Jean Piaget, Howard Gardner, Lev Semenovich Vigotsky, David Paul Ausubel, sin olvidar a aquellos estudiosos de la conducta humana: el racionalista René Descartes; los representantes del empirismo John Locke y Stuart Mill; el filósofo Emmanuel Kant, quien determina la vinculación del empirismo y el racionalismo; los pedagogos Pestalozzi, John Herbart, Rebsamen, Decroly; algunos conductistas como Watson y los neconductistas Guthrie y Skinner.
La enseñanza-aprendizaje es una simbiosis. Pedagógicamente se considera que si el estudiante no aprendió es porque el docente no enseñó, la razones pueden ser muchas, pero todas ellas confluyen hacia un solo punto: la ignorancia del docente respecto de la existencia de las Técnicas de la Enseñanza, las teorías del aprendizaje, la epistemología y lo que confiere a la psicología evolutiva y del aprendizaje.
Las Técnicas de la enseñanza están compuestas básicamente por las estrategias, el material didáctico y la metodología, obligada según el tipo de materia que se imparta, la edad de los estudiantes, sus características individuales y la forma de aprendizaje que cada uno presente. Las técnicas de la enseñanza, con su respectiva metodología, son una parte de las Ciencias de la Educación, su manejo exige a los docentes y a los directores de instituciones educativas de cualquier nivel y especialidad, una gran preparación teórico-práctica que permita cumplir plena y éticamente con los postulados de la pedagogía, la cual contempla el respeto irrestricto del interés profesional del estudiante, de las necesidades del alumno y de la resolución de los problemas de aprendizaje que presenten.
No existe, en la planta docente del CIEM, nadie que ignore esos postulados o que no los aplique.